Lisboa hasta el final

Tras la resaca de saber que no vuelvo a Valencia antes, como casi todos esperábamos, inicio una nueva etapa en Lisboa. Ahora si nada lo impide cumpliré mis tres meses de contrato aquí, así que voy a tratar de implicarme más en la empresa y en el día a día de la ciudad.

Ayer pasé todo el día trabajando. Sólo paré para comer y como recompensa, Pedro me llevó al centro en coche (BMW Serie 1). Allí me esperaban María, Leticia y Álvaro para acercanos a algún sitio a tomar algo.

Esta mañana ha partido hacia Mérida mi compi de piso para tratar de superar la prueba que le permitiría obtener un trabajo muy bien remunerado en la mancomunidad de su pueblo. Así que hasta el jueves no volveremos a tenerlo entre nosotros. Además, ya se van aclarando las visitas y salidas. Mañana viene Íñigo, el novio de Maria y el jueves Miguel Ángel se marcha a Barcelona a un festival de música, aunque oficialmente se va al dentista.

Y el 25 de junio llegará a Lisboa el Rey de los Peces, Javier (dos veces) González... Le recibirá una comitiva formada por Miguel que le acompañará hasta su residencia durante las cuatro noches que que durará su estancia en la capital lusa.

Así que mientras acabáis los exámenes u os decidís a venir, sigo poniendo fotos para que quede satisfecho vuestro apetito cotilla del día de hoy jeje.

Esta imagen corresponde al viernes creo. Maria y yo nos colamos en una presentación de un libro en el que también había aperitivo. Se ve poco, pero en nuestras manos llevamos uno de los montaditos.

Nota: el primero que probé era de espinacas...puagh. Casi se lo tiro al escritor.

Esta es la Casa do Alentejo. Alentejo es una zona de Portugal y esta es algo así como al sede cultural. Tiene parecido a una casa andaluza.

Y esto es el mismo día, pero más tarde cuando ya se había unido a nosotros Leticia. Es una calle que descubrimos y que cuenta con todos los ingredientes de cualquier callejuela del Mediterráneo. Viña, escaleras y fuente.

Y el viernes por fin mi cámara salió de casa por la noche. Estas son María y Alaya (vasca) mostrando una de las calles en las que la gente aguanta el tipo hasta que cierran a las dos y hay que trasladarse a alguna discoteca.