Hoje, miradouros

(Hoy, miradores)

Comenzó el día como cualquier otro aunque un poco más pronto. Voy a intentar madrugar y aprovechar más el tiempo que estoy aquí. Hemos hecho todos un poco de limpieza de casa. Álvaro ha tenido su entrevista y le ha ido bien. Trabajará en Medicos do Mundo, una ONG.

Por cierto, no os he comentado que hace cada uno. María estará en una compañía de teatro organizando festivales, Miguel Ángel en una empresa de economía y Leticia en un hotel. A mi me han asignado la productora Digital Azul. Tiene buena pinta. La entrevista es el viernes por la mañana.

Y tampoco os he dicho que ya me han aprobado la memoria del CAP. Así que acabé y ya puedo recoger el título a partir de junio.

Después de comer tarde como siempre y llegar tarde a clase como casi siempre, hemos tenido un día escolar una tarde un poco aburrida. Han sido cuatro horas con la misma profesora porque la que nos da gramática no podía venir y se ha hecho muy pesado.

Una vez fuera, íbamos a ir a ver o Castelo Sao Jorge sin Miguel Angel porque tenía la entrevista pero se la han cancelado por segunda vez consecutiva. Nuestra responsable es, valga la redundancia, poco responsable y va cancelando las entrevistas de Miguel Ángel sin avisarle.

Hemos cogido el maravilloso tranvía que nos ha llevado hasta un mirador. Allí habían unos músicos tocando y nos hemos quedado a escuchar. Estaba muy chulo porque el sitio era perfecto: con Lisboa a nuestros pies, buen tiempo y música. Como podéis ver en las fotos yo ya he sacado mi uniforme de verano.

Luego hemos subido hacia el Castillo pero, como no, había que pagar. 5 euros nada más y nada menos por ver unas ruinas. Este país estará en crisis y será pobre pero cobran por todo. Una vez más, como ya hicimos en Sintra, vista por fuera y hacia abajo. Nos hemos vengado de ellos robando unas postales porque la dueña del sitio ha pasado de nosotros y eso es un insulto a la picardía de cualquier turista. Hemos comprado dos y hemos robado una (Álvaro y yo) porque nos sabía mal jeje.

Después María nos ha llevado a un mirador muy chulo desde el que se ve toda la ciudad. Posiblemente es el mejor de la capital de Portugal pero es privado. Es una terraza aunque bastante barata para los precios con los que nos hemos encontrado. Yo me he tomado una limonada que estaba buenísima. Y desde allí hemos visto el atardecer, además de reirnos un rato.

Finalmente hemos bajado hasta la catedral (sé en portugués). Es bonita aunque está por reformar. Podría encontrar muchos defectos ya que está ubicado en una zona sin calle peatonal. Coches y tranvía pasan por al lado. El tranvía nos ofrece una imagen bonita pero los coches destrozan la belleza de la catedral. No hemos podido entrar porque estaba cerrada pero dicen que es una pasada. En breve volveremos.

Y luego de vuelta a casa. Teníamos pensado ir al casino de Lisboa porque había una actuación de gospel pero se nos ha hecho tarde. Aquella zona todavía nos falta visitarla. Es la de Parque das naçoes, donde se hizo la Expo. 

Hemos vuelto a casa bastante cansados porque cada uno se ha ido a su habitación sin cenar. Álvaro se ha hecho un blog al que ya se puede entrar a través del mío. Y esta mañana he encontrado otra vez la red de wifi que hace unos días nos permitió conectarnos. La he pillado encima de una estantería y he dejado el portátil ahí todo el día. Así que hemos ido pasando los tres, subidos a una silla para mirar el correo.