La final

Hoy fue un día especial porque me fui a pasear solo por la mañana. Mi cámara y yo, como la canción de Jorge Drexler, cogimos el bus como un lisboeta cualquiera y llegamos hasta la Praça do Comercio. Fue bajar y empezar a hacer fotos. Mi intención yendo al centro era ver dónde está la parada del autobús que lleva al aeropuerto para no ir con sorpresas el sábado.

Tenía toda la mañana así que me lo tomé con mucha tranquilidad. Fui fijándome en todos los detalles de las calles que recorrí y bajo el intenso calor que parece no nos abandonará, fui disparando foto tras foto. Así recogí esta en la fuente de la Praça do Rossio y la siguiente en una calle paralela a Restauradores, en la que hay muchos restaurantes con pesados intentando que entres en su bar y que te ofrecen la carta en todos los idiomas del mundo.

Estuve unas dos horas dando vueltas y me encantó. Otro día intentaré perderme durante más tiempo y más lejos. En clase hoy fue mejor. Cada día avanzamos mucho con el idioma y creo que podemos desenvolvernos con soltura. Ya sólo nos quedan dos días de clase y el lunes comienzan las prácticas aunque yo no empezaré hasta el miércoles. Miguel Ángel tuvo hoy, por fin, su entrevista y ha vuelto eufórico y pletórico. Le ha ido muy bien y además le han dicho que habla muy bien el portugués a pesar de llevar sólo una semana en Lisboa. Leticia también la ha tenido hoy y estará en la parte administrativa de un hotel, aunque hasta llegar a su lugar de trabajo tiene un buen camino.

Durante el descanso que tenemos después de las dos primeras horas de clase, hemos conocido a otro grupo de españoles. Son andaluces y conquenses. En total 12 personas más. Hemos iniciado el acercamiento pero no son como los cántabros y vascos. Parecen ir un poco más a su bola, aunque también puede ser porque llevan sólo unos días en la ciudad. En todo caso, nosotros ya nos hemos ofrecido a ayudarles y a que vengan con nosotros. Ahora les toca ellos.

El viernes por la mañana tengo yo mi entrevista. A ver dónde me meten...

Después de clase nos hemos ido con Alejandro y Rodrigo (cántabros) a ver el partido Chelsea-Barça a un bar del Bairro Alto (bairro se escribe así en portugués, no es ningún error ortográfico). Estaba lleno de españoles aunque los portugueses animaban más a los ingleses. Igual que se unieron a ellos cuando luchaban contra la armada invencible. Siempre contra nosotros. 

Miguel Ángel y Rodrigo iban con el Chelsea. Alejandro y yo con el Barça y Leticia había pronosticado un empate a uno. Acertó pero sufrimos muchísimo. Nunca pensé que me pondría tan contento por un gol del Barcelona. Si hasta se me ha puesto la piel de gallina...

Será por estar fuera de casa, que el sentimiento patrio es mayor. 

Y bueno, después del partido a casa. Mañana más de lo mismo a lo que hay que añadir que iremos a la feria del libro y a un concierto de jazz. El viernes fiesta de despedida de Miguel (yo) hasta que vuelva el martes jeje. Cualquier excusa es buena para montar una fiesta.