Porto

Buenos días!

Después de abandonar el blog durante unos días por exceso de fiesta, hoy lunes vuelvo a actualizar sin que sirva de precedente.

El fin de semana lo hemos pasado en Porto. Yo ya estuve como todos sabéis, pero fuimos sólo dos días y una noche. El sábado llegamos en tren (3 horas desde Lisboa) a mediodía y después de comer visitamos todo el casco histórico de la ciudad. Aún nosé porque pero ví la ciudad con más luz y más alegre que cuando la visitamos en marzo.

En el río había gente bañándose y otros se paseaban con las motos acuáticas haciendo gala de su equilibrio y poca inteligencia.

Por la noche fuimos a cenar a un bar al borde del río, en el que ya estuve en marzo y comí genial, pero esta vez había más gente y la comida no fue para tanto. María y Álvaro se pidieron unas franzesinhas y no les gustó. Luego nos fuimos hacia la zona de fiesta pero Porto no tiene demasiada fiesta, así que nos apatanamos. Yo me retiré el primero porque el dolor de cabeza que me había acompañado todo el día no remitió.

En la habitación de un hotel enorme, por 12 euros la noche y con desayuno incluido, caí redondo mientras los mosquitos me remataban. Llegó Albert un poco más tarde, luego María y por último Álvaro ya para desayunar.

De allí fuimos al Museo de arte contemporáneo. La caminata fue increíble bajo un calor asesino. Ayer podríamos habernos derretido en cualquier momento. Después de comer y descansar sobre el césped, fuimos a la Casa da música, un edificio nuevo de forma indescriptible pero construído por un arquitecto con una inteligencia espectacular. Todo está pensado para dar facilidades y aportar comodidad a los visitantes. Carlos seguro que espera impaciente las fotos del edificio.

Después de aquello volvimos al centro para ver el río por última vez y a los chungos paseándose sin camiseta por el paseo. María se encontró allí con nosotros después de pasar el día entero en la playa (sin comentarios...).

Y hoy ya estamos trabajando de nuevo. Llegamos a Lisboa pasadas las once de la noche. Tenemos estropeada la puerta de la lávadora. Ayer la quité para tratar de arreglarla pero hay que cambiar una pieza que va a intentar conseguir Álvaro en alguna ferreteria. Mientras tanto, me parece que me toca lavar a mano porque estoy con escasez de ropa.

Javi!! Ya tienes la maleta??