Sábado sabadete, a trabalhar

Buenos días desde Lisboa. Hoy tendremos un día gris con presencia de nubes y algún que otro chaparrón intermitente. Las temperaturas continuarán altas con tendencia a suavizarse hacia la noche.

El aburrimiento de Miguel puede ir en incremento puesto que trabaja de nuevo el sábado. Desde las nueve llevo aquí y aún no hemos empezado (son las diez y media). Os dejo unas fotillos para que veáis. Últimamente la cámara ha salido poco de casa porque tampoco ha tenido posibilidad de fotografíar nuevas cosas y las que quiere fotografiar no tiene tiempo para ir a verlas.

Así que a la espera, impaciente, de que llegue el martes y nos marchemos al Algarve, mi consuelo es que mañana es domingo y descanso. Ayer no hice nada especial. Tengo agujetas en los "isquios" del día que me fui a correr.

Parece que la maldición va remitiendo y, a falta de buena suerte, siempre puedo decir que no fue a peor. Lo mejor es que se acaba la semana.

Esta es una de las vistas desde un mirador lisboeta. Este es el mirador de Graça, probablemente el mejor y el más cercano a mi casa. Los que visiten la ciudad tendrán la fortuna de hacer la ruta de los siete miradores, aunque me pongo a contar y creo que me falta alguno jeje.

Este es otro mirador. Este da directamente al río y es dónde más gente se reúne. Entrar en este mirador es entrar en un mundo de olor a hierba y no es césped.

Este es el tranvía, pero es uno que sólo sube y baja. Hay cuatro en la ciudad de este tipo y están en las zonas en las que hay que salvar un gran obstáculo de altura.

El miércoles por la noche estuvimos en este otro mirador cenando bocadillos. También está cerca de casa y es, quizás, el que más personalidad posee. Tiene un jardin pequeño y un intento de sombra creado con vid. Estas fotos las hice cuando la cámara ya no tenía botón de disparo y utilicé un palillo.

Esa gente que hay ahí son un grupo de españoles e italianos que se pusieron a hacer barbacoa en medio del mirador. Esto es Lisboa y todavía no he visto ni un policía cerca de mi barrio. Dicen que si te estás muriendo es mejor que llames antes a la funeraria que a la policía, porque te puedes morir esperandoles.