Ya me he reunido en Lisboa con Miguel. Después de dos vuelos, 6 horas de espera en Barajas, tropezarme con uno de los Matamoros, una tipa de ryanair de lo más estúpida y una sorpresa de 42 euros de multa, llegaba a la capital lusa a las 15:20 (hora local) de ayer. Sin demasiado cansancio me abría hueco entre los pasajeros de los aviones aterrizados para encontrarme con Miguel...y allá que estaba, sin cartel de bienvenida ("sosinho" creo que es la palabra que emplearían aquí). Enseguida cogimos un bus camino a su casa y empecé a recordar mi anterior paso por Lisboa, los adoquines continuaban allí.
Por fin llegamos a su casa y me pude duchar (cargar con una maleta, una bandolera y un cuerpo cansado por unas calles empinadas hicieron de mí un despojo andante). Una vez pude recobrarme como persona humana, decidimos dar una señora vuelta por la ciudad, ANDANDO por supuesto. Visitamos varios miradores, y en cada uno de ellos yo aseguraba haber estado, cosa que era mentira, pues el único mirador que visité en mi anterior estancia en Lisboa es uno al que no fuimos, pero...volveré!!! Siguiendo con nuestro paseo, acabamos en vodafone. Miguel tenía que recargar y yo quería ver si me podían solucionar lo de mis llamadas, porque intentaba llamar y me salta una mujer con un polvorón en la boca que no sé qué me dice, pero vamos, no puedo llamar a mamá. Ya de vuelta a casa quedamos con algunos de sus compañeros y ya para casa, previo paso por telepizza para comprar dos pizzas que Miguel convirtió en dos revueltos de pizza (nota personal, y para todos aquellos que se la quieran aplicar: si llevas pizzas en la mano, lleva las cajas en posición horizontal, nunca vertical). Buenas noches!!
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