viernes, 8 de enero de 2010

Adiós El Calafate

Me quedan unas horitas para volver a Buenos Aires y poco más de 3 días para volver a España. Sigue sin apetecerme y menos aún con la de cosas que me están poniendo del máster. Que no quieren que vaya el día que llegó!!?? Esta gente...

Hoy he pasado una noche buena mientras dormía y de guerra cuando el cab.´. de mi compañero de litera me despertaba con sus ronquidos. Yo tenía la suerte de tener tapones pero sin ellos creo que le habría pegado. Qué manera de hacer ruido, qué pulmones tenía este australiano. Los podría usar para tragar agua y no respirar más mientras duerme... Una idea sólo.

Al final a las 8:30 me he puesto en pie, duchado, desayunado, pagado el hostal y las excursiones y he ido a dar una vuelta por el pueblo. Hoy hace calor y además está el sol fuera, de manera que agobia andar por la calle porque además no puedes ir con manga corta ya que sopla de vez en cuando una brisa muy fría.

Anoche cené salchichas, chorizos y pollo frito. Estaba bastante bueno aunque nada comparado con los de mi tío. Hicieron la cena los del hostal. Éramos unos 25 a la mesa y sólo seis de habla hispana. El resto australianos unos cuantos, yanquis y demás extranjeros de habla inglesa.
A mi lado, el grupo hispano, se sentó una chica de Taipei (Taiwan) que hablaba muy bien español. Está de visita en Argentina y tiene previsto vivir un año en España. Era maja pero si no le preguntaba no hablaba así que me cansé y después de cenar me puse a leer. Mal hecho porque luego llegué a la cama y ya estaba el cabr.´. durmiéndose, con lo que no dispuse de ventaja para dormirme antes que él.

Por fin terminé el libro que comencé a leer en Lisboa a mediados de junio. Ha costado ¡eh! La razón es que iba a ratos. No me ha gustado el final aunque me enorgullece poder decir que he leído un libro de 400 páginas en otro idioma que no es castellano ni valenciano. Además he aprendido muchas expresiones nuevas.

Un niño, bastante pesado, todo hay que decirlo, decía ayer en el catamarán que tenía miedo del cóndor, que nunca antes había oído hablar de él y que ahora no quería que le agarrase. Esto después de que el guía nos indicase que el ave más grande de la zona (3 metros) rondaba por encima de nosotros.

Me aburro un poquito. Tengo ganas de llegar a Buenos Aires ya. Son las 13h, me restan 5:30 horas hasta que me recoja el bus para el aeropuerto. A ver que me invento para no aburrirme...

6 comentarios:

  1. Migue, es muy problable que Francisco nazca este fin de semana. Con lo cual creo oportuno cambies el pasaje para un día o dos despues, y te quedes en Santiago haciendo guardia. Sé que a Nuria no le gustará esto, pero ella te tiene siempre y nosotros solo unos dias!!
    Un gran abrazo. Florencia, Juan Manuel, Mairena, Juan Cruz y Francisco (en camino....)

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  2. voy a ver que se puede hacer. por ganas no será. seguro que pueden esperarme un día más

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Si puede ver a sus sobrinos antes de que vuelva... mejor, así ya los conoce a todos!
    por mi no hay problema...
    pd: he borrado el comentario de antes sin darme cuenta

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  5. ¿Entonces tendré que cancelar el payaso, la atleta rumana y la tarta para el martes y postponerlo todo para el miércoles?...jajajaja. Miguel, allá donde vas nacen niños!

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